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La crema de manos y pies de Caléndula y Hierbabuena Amapola bio·cosmetics está formulada con aceite de Caléndula, glicerina vegetal y esencia de Pomelo. El extracto de Caléndula es calmante y epitelizante, especialmente indicado para pieles sensibles, agrietadas, estropeadas o con problemas de dermatitis. La Glicerina vegetal es suavizante e hidratante.
Esta crema de manos y pies hidrata y nutre la piel sin dejar sensación grasa porque se absorbe rápidamente. Si has probado con varias cremas y no te hidratan o cicatrizan nada, notarás mejoría en la primera aplicación.
Calma y reconforta las manos y pies agrietados y descamados.
Mejora el enrojecimiento y las molestias de la sequedad y el picor.
Está indicada para pieles con problemas de dermatitis o psoriasis.
Tiene un aroma mentolado y cítrico, como una noche al fresco en verano.
Con ingredientes procedentes de la agricultura ecológica
Sin perfumes artificiales
Sin colorantes ni conservantes de síntesis
Sin parafinas ni otros derivados del petróleo
Sin OMG
No testado en animales
Adecuado para veganos
Aqua,Glycerin*,Helianthus Annuus (Girasol) Seed Oil*, Cetearyl Alcohol, Alcohol*, Cetearyl Glucoside, Tocopherol (Vitamina E), Calendula Officinalis (Caléndula) Flower Oil*, Mentha Viridis (Hierbabuena) Leaf Oil*, Citrus Limon (Limón) Peel Oil*, Calendula Officinalis (Caléndula) Flower Extract*, Limonene*, Citral*, Linalool*. *Procedente la agricultura ecológica. **Naturalmente presente en los aceites esenciales.
Producto cosmético natural con un 75% de ingredientes ecológicos.
Aplicar una pequeña cantidad en las manos y extender en forma de suave masaje. También se puede aplicar en las grietas de las manos expuestas al sol y en las durezas de codos y pies.
Utilízala a diario y consigue unas manos de seda.
Si no la vas a utilizar inmediatamente, guárdala en la nevera.
Consulta siempre la fecha de consumo preferente.
Ana Isabel de Andrés es la directora técnica, promotora y dueña de Amapola Biocosmetics. Un sueño hecho realidad. Esta es su historia: "Siempre me gustaron las cosas hechas a mano, el valor añadido de lo que somos capaces de hacer, una tarta de cumpleaños, un collage, una labor de ganchillo…. Ya de pequeña se me ocurrían cosas imposibles y mareaba a mi madre para que me ayudara a llevarlas a cabo, siempre lo menos convencional, lo que todavía nadie había hecho. Y yo lo hice, tenia tanto empeño que después de muchos años, trabajo, tesón y esfuerzo lo he conseguido, y estoy aquí para compartirlo con vosotros. Podría empezar diciendo que soy farmacéutica, o más bien creo que por encima de todo soy amante de la naturaleza y me siento cada vez más atraída por ella, las plantas me llaman, los olores, los colores, todo en ella es bello, y después de todo, ¿el ser humano no busca continuamente la belleza en todo lo que hace? Pues hace unos años después de haber terminado mi carrera, intenté dar una respuesta creativa a esta pregunta tan existencial: ¿Qué es lo que quiero hacer? ¿Qué quiero aportar yo a la sociedad? Y no tarde mucho en contestarme: me gustan las plantas, me gusta formular, mezclar, crear.. Y dicho y hecho, me puse manos a la obra. Elegí un entorno rural para desarrollar mi proyecto; quise respetar lo que ya estaba antes de llegar, seres humanos con sus costumbres y su manera de actuar, ríos, animales, plantas... Intenté no perjudicar de ninguna manera a la naturaleza y disfruté viendo que todo seguía fluyendo a su ritmo, sin que eso fuera un problema para desarrollar algo nuevo, sino más bien una ventaja. Un entorno perfecto para desarrollarme profesionalmente y que estaba en armonía con mi forma de vida, un lugar donde vivir con mi familia, criar a mis hijos, y es que creo firmemente en la idea de que el trabajo no tiene que ser una cosa diferente a la vida, a vivir plenamente. Elegí San Cristóbal de Segovia (Segovia), tierra de mis antepasados, que me acogió con los brazos abiertos, y allí decidí construir, en un antiguo pajar de mi abuelo paterno, mi laboratorio. Los comienzos fueron difíciles, siempre lo son ¿no?; el esfuerzo muy grande, y las ganas de sacarlo adelante, mucho más. Aún miro para atrás y me asombro del camino recorrido. Hubo muchas satisfacciones, cada día las hay, también apoyo y reconocimiento de las instituciones e incluso algunos premios de emprendimiento de los que me siento muy orgullosa. Como emprendedora creo que he roto algunos moldes, mi objetivo es demostrar que las empresas pueden ser diferentes, sostenibles, y cuyo principal objetivo no es ganar dinero, si no aportar algo a los demás. Creo que otra manera de emprender y otra manera de trabajar es posible, y son necesarias nuevas empresas para un nuevo paradigma social y cultural. Desde que inicié mi proyecto hasta ahora han pasado algunos años y ya cuento con experiencia en formulación, fabricación y comercialización de productos cosméticos. Ahora ya no trabajo sola, sino que formo parte de un equipo de personas que creen en lo que hacen y ponen lo mejor de sí mismos en cada producto que sale al mercado. Así es muy fácil conseguir los mejores resultados, todo está hecho con mucho amor, y eso se nota."
Cómo se elaboran los productos Amapola Bio:"Para elaborar un buen cosmético hay que empezar por los ingredientes. Nos dedicamos a seleccionar materias primas interesantes, nada de tanta química, cosas más sencillas y elementales, ingredientes de aquí, de allí, de tierras lejanas, del jardín de casa o de recolección silvestre por caminos y bosques segovianos, y con el tiempo aprendimos a apreciar los olores de los aceites esenciales, a sentir las texturas suaves y delicadas de los aceites vegetales que acarician la piel, y a “saborear” con todos los sentidos el producto final, que se podían hasta comer.
Nos pusimos a mezclar ingredientes: aceite de almendras con aceite de germen de trigo y aceite de manzanilla, unas gotitas de aceite esencial de limón y ya estaba hecho un aceite limpiador facial, nuestro primer cosmético.
A partir de ahí se abrieron tantas puertas, tantos aceites que utilizar, aguas florales, extractos de plantas, tantas formulas que poner en marcha, tanta creatividad, tantas ganas de crear… esto sí que es investigación y desarrollo en estado puro.
bio.inspecta es la entidad de certificación para la norma BioVidaSana. Fue creada en 1983 y ha estado vinculada desde su fundación con el suizo Research Institute of Organic Agriculture (FiBL), unos de los centros con más prestigio en la investigación en producción ecológica a nivel mundial.
Masmi
80ud.
1,70€
Avril
4g
2,50€
Amapola bio·cosmetics
100ml
9,50€
NaturaBIO Cosmetics
500ml
12,95€
Biocenter
3,60€