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Nacida del fuego de los volcanes, esta roca porosa, abrasiva y alveolada se crea por la desgasificación de la lava fundida en contacto con el aire.
Ligera y práctica, siempre se ha utilizado para limpiar y pulir la piel, borrar o atenuar algunas de sus imperfecciones. Embellece la piel de las manos, exfolia las pieles muertas y alisa las callosidades de los pies.
Con la ayuda de un jabón suave, también puede utilizarse para eliminar barro, pintura, rotuladores o cualquier mancha rebelde en la piel.
Peso aproximado: 40 gramos
Cuanto más se utiliza la piedra pómez, más suave se vuelve: a largo plazo, puede ser utilizada en zonas muy sensibles del cuerpo como los dedos de los pies.
Realiza un baño de pies una vez por semana, mezclando 50 gramos de polvo de alumbre en una cuenco con agua tibia. Remoja los pies durante veinte minutos, y luego sécalos correctamente. Después aplica un aceite Najel para hidratar bien la piel.
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