Cuidado de la piel atópica

El eccema o dermatitis atópica es un trastorno crónico de la piel que provoca sequedad, erupciones escamosas, inflamación, enrojecimiento y picazón. Puede manifestarse a cualquier edad, pero es más frecuente en niños, y suele exacerbarse periódicamente.

La mayoría de las personas que padecen dermatitis atópica carecen de ciertas proteínas de la superficie de la piel, las cuales son importantes para mantener su función barrera. Como resultado, la piel se irrita con mucha más facilidad ante los agentes externos.

La dermatitis atópica no tiene cura, pero llevar a cabo una serie de cuidados específicos en el hogar puede aliviar la irritación y la picazón y prevenir la aparición de nuevos brotes, así como reducir la necesidad de medicamentos para aliviar los síntomas. Además de adoptar las siguientes medidas preventivas, es importante llevar un control de los brotes, cuándo y dónde han aparecido, con el fin de poder indentificar los factores desencadenantes.

Higiene:

Hidratación y cuidado:

  • Una de las características de la piel atópica es la sequedad. Los expertos recomiendan aplicar regularmente una crema emoliente formulada específicamente para pieles secas, sensibles o atópicas, que aporte los nutrientes necesarios a la piel y ayude a mantener la función barrera. Por ello, es muy importante evitar las cremas formuladas con aceites minerales (parafinas, vaselinas…), siliconas y compuestos de glicol de polietileno (PEG), ya que estos ingredientes, que no aportan ningún beneficio a la piel, suelen sumar un porcentaje muy elevado en la fórmula sustituyendo a ingredientes de origen natural interesantes por su afinidad con la barrera de la piel, por su contenido en en ácidos grasos esenciales, vitaminas, proteínas, aminoácidos… o por sus propiedades antiinflamatorias, calmantes, etc.
    Nuestras favoritas para los niños son: la Emulsión recuperadora My Little One de Naáy Botanicals, el Bálsamo corporal rico de Montbrun, o la Leche corporal de Malva Blanca Baby Derma de Weleda. Y para brotes o eccemas puntuales, la Crema reparadora Alga Cicosa de Laboratoires de Biarritz.
  • Para la zona de pañal y otras zonas donde haya pliegues o tiendan a acumular humedad, se recomieda utilizar una crema o pomada con óxido de zinc que forme una barrera que aísle la piel de la humedad y la proteja.
  • Las cremas y ungüentos deben presentar las mismas caracterísitcas que los productos de higiene, es decir, la ausencia de posibles sustancias irritantes o alérgenas.
    Para los adultos, recomendamos especialmente las siguientes líneas completas de cuidado facial y corporal: Sheabutter de Martina Gebhardt, a base de manteca de karité, y Maritim de Sensisana, que reúne los beneficios de los ingredientes del Mar Muerto.

Protección solar:

Ropa:

  • Abrigarse demasiado puede ser contraproducente, ya que el sudor puede empeorar los síntomas de esta afeción.
  • Se recomienda evitar las prendas sintéticas porque pueden provocar reacciones alérgicas en la piel (dermatitis por contacto), y en su lugar, elegir prendas de tejidos suaves y naturales como el algodón orgánico o el bambú.
  • Para el lavado de la ropa es conveniente elegir un detergente sin ingredientes tóxicos o irritantes y que no contenga perfumes, como el Detergente líquido ecológico para bebés y prendas delicadas de Biobel o el Detergente líquido Sensitive de Sonett. Además, es importante alcarar bien para que no queden restos de detergente en la ropa y es recomendable evitar los suavizantes.

Hogar:

Para evitar la excesiva sequedad de la piel, es aconsejable mantener un ambiente húmedo en las habitaciones, especialmente durante el invierno por el uso de la calefacción. Para ello, se puede utilizar un humidificador como el Cera Premium Edition de Pranarôm.

Dieta:

La causa de la aparición de la dermatitis atópica es multifactorial, teniendo importancia la predisposición genética, factores inmunológicos y la influencia de agentes ambientales. Pero cada vez más profesionales de la salud advierten que la exposición a cierto tipo de alimentos puede incrementar los problemas de piel.

Por otro lado, muchos niños con dermatitis atópica moderada o grave pueden presentar alergias a ciertos alimentos. En los niños menores de 5 años debe realizarse un test para descartar posibles alergias a la leche, el huevo, el cacahuete, el trigo, la soja. En caso de que se confirme alguna alergia, deberán restringirse los alimentos que hayan dado positivo en el test.
 
También hay estudios que relacionan procesos inflamatorios y el estado de la mucosa intestinal con reacciones a nivel sistémico, es decir, lejos del intestino, pudiendo desencadenar una afección inflamatoria de la piel.
 
En otros casos, la dermatitis atópica puede estar relacionada con intolerancias alimentarias, difíciles de diagnosticar a través de pruebas de laboratorio, pero se oberseva que los síntomas mejoran tras la reducción o eliminación del consumo de determinados alimentos. En estos casos será importante el asesoramiento del pediatra y del nutricionista para evitar futuros déficits nutricionales.
 
En general, el objetivo de la dieta será evitar o reducir aquellos alimentos que favorecen los procesos inflamatorios como: azúcares refinados, harinas refinadas, aceites refinados, alimentos procesados; y potenciar alimentos que favorecen una buena salud intestinal y salud de la piel como alimentos ricos en selenio (carne magra, nueces de Brasil, legumbres), zinc (marsico, calabaza, avena, almendras, avellanas, carne de ave y de ternera), magnesio (cereales integrales, semillas oleaginosas, legumbres, frutos secos, plátano, aguacate, cacao puro), vitamina D (pescado azul, yema de huevo, yogures), vitamina E (la avena y el germen de trigo), ácidos grasos omega-3 (pescado azul, frutos secos, aguacate, semillas de lino, cáñamo y chía), para poder garantizar una variedad de nutrientes especialmente beneficiosos para la piel.
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Cuidados durante el embarazo

Los cambios hormonales que se producen durante el embarazo son responsables de las alteraciones que el cuerpo y la piel de la mujer experimenta durante esta etapa. En el primer trimestre se pueden producir variaciones en la textura de la piel, acné y algunas veces picor, y especialmente durante la segunda mitad pueden aparecer manchas, varices, estrías y celulitis.
Algunos de estos cambios desaparecen tras el parto, pero otros, no. Por ello, puede ser de gran ayuda conocerlos y saber cómo prevenirlos o tratarlos.
 
Al mismo tiempo, los niveles más altos de hormonas y el mayor suministro de sangre en la piel, así como el estiramiento de la misma, puede hacer que ésta esté más sensible. Los productos limpiadores y para el cuidado de la piel que se usan habitualmente pueden causar irritación, por lo que es recomendable sustituirlos por pruductos extra-suaves y respetuosos con la piel más delicada.
 

Higiene de la piel

Es preferible la ducha al baño, evitando en cualquier caso las temperaturas excesivamente altas que puedan provocar una hipotensión arterial.
No es recomendable la ducha sueca por los cambios bruscos de temperatura.

Se recomienda utilizar detergentes neutros, hipoalergénicos y de textura cremosa, que limpien con suavidad evitando irritaciones y que aporten un extra de hidratación a la piel. Algunos ejemplos son el Gel de baño cremoso sin perfume de Lilà, la Crema de ducha de alta tolerancia de Coslys Dermosens y el Gel de ducha natural Blooming Belly de Attitude.

Higiene íntima

Los cambios hormonales que tienen lugar durante la gestación hacen que el flujo vaginal aumente, modifican su composición y el pH de la vagina se vuelve más ácido. Esto conlleva una mayor propensión a sufrir infecciones, especialmente por cándidas. Por ello, es importante tener especial cuidado con la higiene íntima, siguiendo algunas recomendaciones:

  • Evita los lavados excesivos y el uso de productos irritantes que pueden destruir la flora vaginal.
  • Utiliza productos de higiene íntima que sean suaves (preferiblemente sin jabón, sulfatos ni alérgenos) y estén formulados con ingredientes calmantes que alivien los picores, la irritación o el eritema. Algunos recomendados son el Gel íntimo hipoalergénico de Coslys, el Gel íntimo delicado de Nebiolina y el Limpiador íntimo neutro con Aloe Vera Flora Bellesere
  • Aunque el flujo sea muy abundante, la higiene debe ser sólo externa. Nunca se deben hacer lavados internos (introduciendo agua o algún producto en el interior de la vagina), ya que esto destruye la flora natural y favorece la aparición de infecciones.
  • Seca muy bien los genitales para evitar el exceso de humedad, que predispone a la aparición de infecciones.

Sudoración y olor corporal

El aumento de la circulación y de la temperatura corporal durante el embarazo, así como el aumento de peso, especialmente en el tercer trimestre, están relacionados con una mayor sudoración. Además, el esfuerzo extra de las hormonas durante el embarazo hace que el cuerpo elimine casi el doble de toxinas, pudiendo dar lugar a un incremento del olor corporal.

Al mismo tiempo, la piel de las axilas es una piel especialmente sensible porque puede estar expuesta al roce y al afeitado agresivo. Por ello, es muy importante la elección de un desodorante que sea eficaz, pero suave e hidratante al mismo tiempo. Entre los más destacables se encuentran el Desodorante So Sensitive y el Desodorante Sweet & Soft de We Love The Planet, el Desodorante sólido Minimal de jazmín y Azahar y el Desodorante bálsamo sin perfume Acorelle. Su fórmula hipoalergénica los convierte en desodorantes ideales para utilizar también durante la lactancia, ya que no contienen aceites esenciales que pudieran llegar al bebé a través de la leche materna.

Picores y ronchas

El estiramiento de la piel durante el embarazo debido al aumento del volumen del abdomen y los pechos produce, a veces, picor en estas zonas, donde también es habitual la aparición de estrías por el mismo motivo. Asimismo, los cambios hormonales pueden acentuarlo. Si, además, la futura mamá ya sufría problemas de picores en la piel antes del embarazo, como dermatitis atópica, eccema o bien algún tipo de alergia o urticaria, el embarazo puede ser un período de intensificación del picor, debido a una mayor sensibilización de la piel característica de la gestación. Estas molestias también pueden extenderse a los muslos, las nalgas y los brazos, y en ocasiones, las palmas de las manos y las plantas de los pies también se enrojecen dando lugar a una pequeña comezón. 

Aunque la sensación de picor y el consiguiente enrojecimiento son totalmente benignos y no causan ningún problema ni a la futura mamá ni al bebé, pueden llegar a ser muy molesta y desesperante.

Para combatir la sensación de comezón, recomendamos aplicar una crema hidratante hipoalergénica sobre la piel de todo el cuerpo, insistiendo especialmente en las zonas afectadas. Son especialmente recomendables las cremas destinadas a tratar eccemas o aliviar el prurito de las pieles atópicas, por ejemplo: la Emulsión recuperadora de Naáy botanicals, la Crema nutritiva sin perfume de Lilá, el Bálsamo rico hidratante corporal de Montbrun, la Loción corporal de planta de la Escarcha Dr. Hauschka Med, y la Loción corporal Sheabutter de Martina Gebhardt.

Si notas la piel muy seca, los bálsamos y las mantecas también pueden ser de gran ayuda, como el Bálsamo rico para cara y cuerpo Florame Nutrition.

El calor excesivo también puede aumentar la comezón y las erupciones. En verano procura utilizar ropa suelta y de algodón.

Colestasis intrahepática del embarazo: una posible causa de la comezón
La comezón en el embarazo también puede ser signo de una actividad insuficiente del hígado, que ya no es capaz de eliminar por completo las sustancias de la bilis. Cuando estas sustancias (sales o ácidos biliares, sobre todo) están presentes en la sangre en concentraciones más altas de lo normal, crean esta sensación de picor.

Esta situación es muy poco frecuente, y se conoce como colestasis intrahepática del embarazo o ictericia colestática del embarazo recurrente benigna. Se produce en el último trimestre, a partir de la semana 32, debido a los cambios hormonales propios de este período, concretamente, al aumento de estrógenos y progesterona. Probablemente, también tiene que ver la predisposición genética.

Es una dolencia que puede afectar gravemente al feto, por lo que a la mínima sospecha de padecerla es muy importante acudir al médico para que confirme o descarte esta patología con una análisis de sangre, ecografías y controles de monitorización al bebé.

Actualmente, el tratamiento consiste en la administración de un fármaco que se utiliza para los cálculos biliares, y que ayuda al hígado a reanudar su actividad normal. Normalmente la afección desaparece después del parto.

Estrías

Además de picor y ronchas, el estiramiento de la piel durante la gestación puede desencadenar uno de los problemas estéticos más temidos por las embarazadas: las estrías. Estas líneas visibles son la consecuencia de lesiones que se producen en la parte más profunda de la piel, cuando las fibras de colágeno y elastina de la dermis se rompen. Aparecen más frecuentemente en abdomen, pechos, muslos y caderas. La mayoría de las mujeres (entre el 70 y el 90%) las desarrollan, pero no comprometen su salud.

El comienzo de las estrías se caracteriza por la aparición de líneas rojizas muy finas y ligeramente pronunciadas que con el tiempo se transforman en líneas más gruesas. Pronto se deprimen y adquieren un tono violeta, que con los años se vuelve blanquecino, desapareciendo el vello de la piel sobre ellas. Tienden a aparecer en los últimos meses del embarazo cuando el aumento de volumen es máximo. Una vez que han aprecido es muy difícil atenuarlas, por lo que es importante prevenirlas:

Celulitis o piel de naranja

Otro de los problemas estéticos que preocupa a las gestantes es la celulitis. La celulitis es un trastorno local del metabolismo del tejido subcutáno o hipodermis (la capa más profunda de la piel constituida por adipocitos y recorrida por numerosos vasos sanguíneos y linfáticos) que provoca una alteración del aspecto de la piel, que se conoce como piel de naranja. Afecta principalmente a muslos, caderas y glúteos.

La celulitis aparece debido a un aumento del número o del volumen de las células grasas o adipocitos que puede originar la compresión de los capilares sanguíneos provocando una disfunción de la microcirculación del tejido; por un lado hay un desequilibrio entre la lipogénesis y la lipólisis, es decir, se acumula más grasa de la que se utiliza, y por otro lado, la obstrucción del tejido adiposo debido al estancamiento sanguíneo hace que se retenga agua y se acumulen toxinas, ya que no pueden eliminarse.

El aumento de la producción de estrógenos (por ejempo, durante la pubertad o el embarazo) tiene una especial importancia en la aparición de la celulitis y por ello es mucho más frecuente en las mujeres que en los hombres (casi el 90% de las mujeres la tienen). También es relevante la genética, que determina la estrcutura de la piel. Otros factores que influyen son el peso y el tono muscular.

A las recomendaciones que hemos visto anteriormente para prevenir la aparición de estrías, sumamos las siguientes:

  • Procura no engordar más de quince kilos durante el embarazo (excepto en embarazos múltiples). Lleva una dieta sana y equilibrada sin abusar de la sal, las grasas o los dulces.
  • Realiza masajes con movimientos circulares ascendentes empezando desde los pies hasta los muslos para favorecer la circulación sanguínea.
  • <span»>Haz ejercicio: camina al menos media hora al día o realiza ejercicio de intesidad moderada como natación, yoga o pilates, al menos dos veces por semana.
  • No permanezcas de pie o sentada por períodos largos de tiempo. Si tienes que estar de pie, es preferible que camines tramos cortos. Si trabajas sentada, procura descansar cada hora para estirar las piernas.
  • Evita la ropa ajustada.
  • <span»>Termina el baño o ducha con un chorro de agua fría.

Tratamientos tópicos:
La celulitis no se puede eliminar, pero algunos tratamientos tópicos pueden mejorar visiblemente la apariencia de la piel.

Manchas y cloasma

Durante la segunda mitad del embarazo el 70% de las mujeres (especialmente las de tez oscura) desarrollan manchas de tono marrón irregulares y difusas en la cara, llamadas cloasma o máscara del embarazo. Esta condición es hereditaria y hormonal, pero el sol es el principal factor desencadenante. Las áreas más propensas son aquellas que están directamente expuestas a la radiación solar.

Para prevenirlas se recomienda el uso de un protección solar total (FPS 50+). se recomienda que el protector sea mineral y no contenga filtros químicos, que son considerados disruptores endocrinos y podrían llegar al bebé a través de la placenta. Algunas recomendaciones son: Crema solar facial hipoalergénica FPS 50+ Alphanova Sun, Bálsamo solar rostro y zonas delicadas FPS 50+ Bioregena, Crema protectora solar FPS 50+ Geoderm, Spray solar cara y cuerpo FPS 50+ Alga Maris, Crema solar facial Nuura y Loción solar para cara y cuerpo FPS 50+ Speick.

En muchos casos no pueden prevenirse, pero el protector solar ayuda a que no sean tan oscuras. Generalmente las manchas mejoran, y en la mayoría de los casos desaparecen, después del parto.

Piernas pesadas y pies hinchados

Durante el embarazo tus pies y tus piernas aguantan un peso adicional a diario, por lo que es posible que estén más hinchados. Puedes aliviar la hinchazón descansando con ellos en alto o realizando un masaje que estimule la circulación con Aceite de ricino, el Gel tónico de cobre Weleda o la Crema natural para piernas cansadas Blooming belly maternity de Attitude.

Aromaterapia en el embarazo

En el siguiente artículo hablaremos del uso de los aceites esenciales durante el embarazo: cuáles son aptos y cuáles no, qué beneficios nos pueden aportar y qué precauciones debemos tener.

Por norma general, se recomienda evitarlos en el primer trimestre, ya que pueden interferir en el desarrollo del feto. También hay que tener en cuenta que, al contener alérgenos, pueden ser irritantes para las pieles especialmente sensibles.

 

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Consejos en la ducha

ducha ¿Es saludable ducharse a diario?

El hábito de la ducha diaria se ha desarrollado en España hace unas tres o cuatro décadas. Pero los hábitos pueden resultar perjudiciales cuando se realizan en exceso, y cada vez son más los estudios que desaconsejan la ducha diaria, como el estudio liderado por el doctor Richard Gallo de la Universidad de California, en el que se explica que las células de la capa córnea, que es la más externa de la piel, pueden verse dañadas por el exceso de agua y jabones. Estas células cumplen una función una defensa contra las agresiones del medio ambiente y además retienen la humedad, pues producen una capa fina (el manto hidrolipídico) que ayuda a recubrir la dermis y mantener la humedad de la misma.

Por otro lado, algunos dermatólogos hablan de una cuestión de "higiene inadecuada" más que de "exceso de higiene", y aconsejan seguir ciertas pautas, además de adaptar la frecuencia del baño a las necesidades de cada persona, teniendo en cuenta su actividad física, su entorno, el clima, etc.

No abusar del jabón

Los jabones con muchos ingredientes químicos pueden disolver las sustancias que componen el manto hidrolípidico que protege y mantiene hidratada la piel, y además pueden causar alergias. Lo más recomendable es utilizar productos suaves, formulados con bajo contenido en detergentes que respeten el pH del mánto ácido de la piel, y con aceites vegetales que ayuden a regenerar la barrera protectora.

Las zonas más sensibles como axilas, área ano-genital, pies y manos requieren de un enjabonado diario, pero en el resto del cuerpo no es necesario abusar, y el arrastre del agua puede ser suficiente.

Temperatura del agua

Las duchas con agua caliente tienen efectos perjudiciales para la capa externa de la piel, ya que destruyen las células que la forman, resecando la piel y causando flacidez.
Lo más recomendable es ducharse con agua que vaya de fría a tibia, pudiendo aumentar la temepratura unos grados en los días fríos de invierno, si llegar a que aparezca vapor y se empañen los vidrios del baño.

Uno de los beneficios del agua fría (24º) es que tienen un efecto tonificante gracias a su acción vasoconstrictora periférica, aumentando la presión arterial. Por ello, tras una ducha fría nos sentimos inmediatamente más despiertos y más activos.

Evitar el cloro

El cloro contiene toxinas que pueden ser abrasivas para la piel. Si además nos duchamos con agua caliente, los poros se abren y la cantidad de cloro que se absorbe es mayor, causando daños en el tejido celular a largo plazo. El cloro hace que la piel se reseque y se agriete, produciendo prurito.

Uso de esponjas y exfoliantes

Las esponjas deben ser lo más suaves posible, y se deben dejar secar al sol después de cada uso para evitar la aparición de hongos y mohos.

Los exfoliantes pueden utilizarse sólo sobre piel sana (se debe evitar su uso sobre piel irritada o inflamada), y no se recomienda su aplicación más de una vez al mes, que es la frecuencia aproximada con la que la piel se renueva. El aumento de la frecuencia de uso de este tipo de productos puede interrumpir el ciclo regenerador de la piel haciendo que la piel se estrese y se vuelva más escamosa y sensible.

Hidratación

Después de la ducha se recomienda la aplicación de aceites o cremas hidratantes o emolientes, para ayudar a mantener la piel hidratada. Es importante aplicarlas inmediatamente después del baño, con la piel aún fría y un poco húmeda porque se absorben mejor.

Además, a los insectos no les gusta la piel hidratada, por lo que estaremos menos expuestos a las picaduras si mantenemos un buen nivel de hidratación.

Secado

Lo ideal es secarse al aire, pero si no resulta posible, conviene utilizar una toalla realizada en un material que sea lo más suave posible para que no irrite la piel. El secado brusco puede lesionar la piel. Por ello, cuando nos sequemos con la toalla no conviene frotar, sino presionar suavemente la misma sobre la piel, hasta secar toda la superficie corporal.

Es importante estar completamente seco antes de vestirse para evitar la proliferación de hongos, especialmente en las zonas con mayor calor y humedad como los pies y grandes pliegues.

toalla

 

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