Sodium Lauryl Sulfate, Sodium Coco Sulfate y Sodium Laureth Sulfate ¿En qué se diferencian?

El Sodium Lauryl Sulfate (SLS), el Sodium Coco Sulfate y el Sodium Laureth Sulfate (SLES) pertenecen al grupo de los tensioactivos aniónicos (es decir,  de carga negativa), muy utilizados en los productos de higiene y cuidado personal, especialmente de acción desengrasante, por su excelente capacidad limpiadora.

Los tres se obtienen a partir del aceite de coco, pero existen diferencias entre ellos que aclaramos a continuación:

El aceite de coco se compone de una amplia gama de ácidos grasos, los cuales pueden tener un mínimo de 8 átomos de carbono y un máximo de 20, siendo la mayoría de los ácidos grasos de la variedad 12 de carbono. Esto quiere decir que aproximadamente el 45-50% de los ácidos grasos de coco contienen 12 átomos de carbono.

Para obetener Sodium Coco Sulfate, se utiliza el aceite de coco puro (con todos sus ácidos grasos) y se somete a un proceso de sulfatación, haciédolo reaccionar primero con ácido sulfúrico y a continuación con carbonato sódico. De esta forma, se obtiene un detergente que no produce mucha espuma, lo cual puede variar según la calidad del cultivo de coco en cuestión.

El Sodium Lauryl Sulfate, o lauril sulfato de sodio, es una versión purificada del anterior. En este caso, se eliminan la mayor parte de los ácidos grasos del aceite de coco que no son de carbono 12. El material de partida es entonces un 80% de ácidos grasos de carbono 12 (principalmente ácido láurico) sometidos al mismo proceso de sulfatación que en el caso anterior.
Ambos productos, Sodium Coco Sulfate y Sodium Lauryl Sulfate, son principalmente lauril sulfato de sodio (porque en ambos casos predomina el alcohol láurico), siendo el Sodium Lauryl Sulfate más eficiente, y el Sodium Coco Sulfate una forma altamente diluida, y por lo tanto, más suave.

El Sodium Lauryl Sulfate puede ser irritante para la piel. Por ello, muchos fabricantes utilizan en su lugar Sodium Laureth Sulfate, o Lauril Éter Sulfato de Sodio. Este compuesto se prepara de forma similar al Sodium Lauryl Sulfate, pero pasando por un proceso de etoxilación del alcohol dedecílico (alcohol laúrico). La adición del óxido de etileno a los alcoholes grasos de la fórmula los hace más solubles en agua, reduciendo de esta manera el nivel de irritación. Así, el Sodium Laureth Sulfate resulta ser un detergente de alta compatibilidad con la piel, y gran capacidad humectante y emulsionante. Sin embargo, en el proceso de etoxilación del alcohol láurico (derivado del ácido láurico) con el óxido de etileno, se puede obtener como subproducto un ingrediente llamado 1,4-dioxane que se considera cancerígeno.

En resumen, El Sodium Coco Sulfate y el Sodium Lauryl Sulfate son similares, pero el primero es una versión más diluida y por lo tanto, más suave. Ambos están permitidos por los certificados de cosmética natural y ecológica controlada y son seguros. Sin embargo, el Sodium Laureth Sulfate no está permitido por los certificados y es potencialmente peligroso, por lo que no recomendamos el uso de productos que contengan este ingrediente.

 

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S.O.S. ¿Con qué limpio mi piel?

En el post de hoy tratamos uno de los temas sobre los que surgen más dudas y preguntas: LA LIMPIEZA FACIAL.
¿Qué difierencias hay entre unos limpiadores y otros? ¿Cuál es el más adecuado para mi tipo de piel? ¿Puedo utilizar un solo producto para limpiar, desmaquillar y tonificar?
 
Teniendo presentes estas preguntas, aclararemos las diferencias entre los distintos tipos de limpiadores faciales, las propiedades, ventajas y desventajas que presenta cada uno, y para qué tipos de pieles están aconsejados.
 
  • Jabones: pueden ser líquidos o sólidos, pero principalmente los encontraremos en forma de pastilla. Los jabones naturales están formulados fundamentalmente con agua, sosa (o potasa en el caso de los líquidos) y aceites vegetales.
    El jabón tiene un pH básico o alcalino. Para ayudar a la piel a equilibrarlo, se recomienda aplicar un tónico o agua floral después de la limpieza, y antes de la aplicación del tratamiento hidratante.
    Entre los jabones más adecuados para el uso facial encontramos los jabones de Alepo, o la mousse de jabón de Matarrania.
  • Geles limpiadores y espumas: en su composición encontramos agua; una elevada presencia de agentes tensiactivos o surfactantes, que son los encargados de hacer espuma y arrastrar la suciedad de la superficie, y que pueden ser aniónicos (con carga negativa, como por ejemplo los sulfatos), catiónicos (con carga positiva, son utilizados frecuentemente como agentes acondicionadores) o no iónicos (con carga neutra, como los glucósidos, son más suaves), y anfóteros (dependiendo del pH se comportan como aniónicos o catiónicos); también podemos encontrar aceites (en algunos casos); y además suelen estar enriquecidos con extractos de plantas. Proporcionan una sensación de limpieza profunda, por lo que generalmente están indicados para pieles mixtas y grasas.
    Se aplican masajeando hasta obtener abundante espuma y es preciso que se aclaren con agua. Es conveniente evitar la zona del contorno de ojos, y no se recomiendan para desmaquillar.
  • Leches limpiadoras: tienen una textura más cremosa, se aplican con la ayuda de un algodón, y no necesitan aclarado posterior, por lo que se procedería directamente al uso del tónico.
    No producen espuma, por lo que en su formulación hay una menor presencia de tensiactivos (necesarios para lograr una emulsión estable) y una mayor presencia de aceites vegetales, por lo que la sensación de limpieza no es tan profunda como el caso anterior, pero a cambio aportan hidratación. Es por ello que suelen estar indicadas principalemente para pieles sensibles, secas y maduras.
    Las leches limpiadoras se pueden utilizarse también para desmaquillar todo el rosotro.
  • Las aguas micelares: son soluciones acuosas que presentan moléculas de lípidos (grasas) disueltas en ellas. Se utilizan fundamentalmente para desmaquillar, ya que arrastran muy bien el maquillaje, siendo muy suaves con la piel. Adecuadas tanto para la cara como para los ojos, y para todo tipo de pieles, tienen la ventaja de que además de limpiar, tonifican, por lo que no sería preciso el empleo posterior de un tónico.
    Se aplican con la ayuda de un algodón, como si se tratase de una loción o un tónico.
  • Aceites vegetales: pueden ser puros (por ejemplo de jojoba o almendras, muy utilizados como desmaqullantes) o composiciones de varios aceites (como el aceite desmaquillador de ojos de Logona, o el aceite armonizante de Weleda).
    Desmaquillan muy bien sin emulsionantes, al tiempo que hidratan la piel. Se recomeindan especialmente en pieles sensibles y maduras, y para la limpieza de la delicada zona del contorno de ojos.
    A la hora de decantarse por uno u otro aceite hay que tener en cuenta que hay aceites más secos y seborreguladores, indicados para pieles mixtas, como el de jojoba o avellana; otros aceites más grasos como el de oliva, o rosa mosqueta, indicados para pieles más secas; y aceites especialmente indicados para las pieles muy sensibles, como el de almendras.
    Se aplican vertiendo unas gotas en un algodón, y pasándolo por toda la cara con suavidad, hasta que salga completamente limpio.
  • Limpiadores faciales sin tensiactivos: además de los aceites vegetales, existen otros tipos de lipiadores formulados sin agentes tensiactivos. Entre ellos encontramos limpiadores a base de arcillas, como la crema mineral de lavado de Alva, y el gel limpiador Ghassoul de Logona Lavaerde; y por otro lado, las lociones limpiadoras dermotónicas, como las savias de Yipsophilia, que al igual que las aguas micelares, limpian y tonifican en un solo gesto.
    1.    Los dos primeros limpian a base de una arcilla africana conocida con el nombre de Rhassoul o Ghassoul. Esta arcilla limpia la piel delicadamente, y en profundidad, de las posibles impurezas propias de las pieles más jovenes, mixtas y grasas, pero por su suavidad son idóneas también para las pieles más sensibles.
      Su textura es cremosa y un poco granulosa, debido al contenido en arcilla. Se aplican como un gel limpiador, y ambos necesitan aclarado y la aplicación del tónico a continuación.
    2.    Las savias de Yipsophilia limpian, desmaquillan y tonifican la piel (todo en uno), por lo que resultan ideales para personas que no quieren complicarse con el uso de muchos productos diferentes. Están formuladas a base de agua y un sinfin de extractos vegetales conocidos por sus propiedades. Dependiendo de estos, encontraremos unas savias para cada tipo de piel.
      Para su uso es preciso verter una pequeña cantidad en un algodón y deslizarlo por toda la cara con suavidad: una vez para limpiar, y dos veces para desmaquillar.
 
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