Tipos de radiación solar

El sol emite radiaciones electromagnéticas con diferentes longitudes de onda, entre las que hay que destacar las radiaciones ultravioleta (UV) y los rayos infrarrojos, ya que son responsables de efectos beneficiosos y perjudiciales para la piel.

La radiación ultravioleta se divide en tres segmentos diferentes: rayos UVA, UVB y UVC. La radiación UVC, con longitudes de onda corta comprendidas entre los 200 y 290 nm (nanómetros), es la radiación de mayor energía y es muy peligrosa para la salud, pero afortunadamente no llega a afectar a la piel porque la capa de ozono la absorbe casi por completo.

Las radiaciones UV que llegan hasta la superficie de la piel son la radiación UVB, con longitudes de onda media comprendidas entre 290 y 320 nm, y la radiación UVA, con longitudes de onda larga comprendidas entre 320 y 400 nm.

  • Radiación UVA: alcanza totalmente la superficie terrestre y constituye el 95% de la radiación ultravioleta que llega a la superficie de la piel. Tiene capacidad para atravesar el vidrio y penetrar hasta las capas más profundas de la dermis incluso en los días más nublados.
    Los rayos UVA contribuyen a desencadenar alergias solares y reacciones fototóxicas. Son los responsables de la pigmentación inmediata, pero el efecto es poco duradero. Causan daños de forma silenciosa, ya que no provocan eritema ni quemadura, pero generan radicales libres que causan alteraciones en las células de la piel a largo plazo. Sus efectos se acumulan con el paso del tiempo, siendo los principales responsables del envejecimiento (arrugas, manchas, pérdida de elasticidad…), y también contribuyen a la aparición de cáncer de piel.
  • Radiación UVB: constituye el 5% de la radiación ultravioleta que llega a la piel. El 90% es bloqueada por el ozono y por el oxígeno de la atmósfera, pero como es más energética que la radiación UVA, resulta más dañina para la biosfera. Las nubes pueden frenar la radiación y ésta tampoco puede atravesar el vidrio, por lo que se filtra fácilmente con gafas, y también con ropa y filtros solares. Los rayos UVB son indispensables para la síntesis de Vitamina D, tienen menor capacidad para penetrar en la piel (llegando sólo hasta la epidermis), inician su efecto rápidamente desencadenando el proceso del bronceado duradero, y después actúan lentamente causando daños graves ya que son los responsable del eritema, las quemaduras, las ampollas, y reacciones alérgicas. Una exposición prolongada deprime el sistema inmunitario al disminuir el número de células de Langerhans, lo que convierte a la radiación UVB en el principal causante de melanoma y cáncer de piel no melanoma.

Los Rayos infrarrojos tienen una longitud de onda es superior a 760 nm y alcanzan las capas más profundas de la piel. Producen un efecto calórico, siendo los causantes de las insolaciones y los golpes de calor. Además, parece que pueden potenciar los efectos negativos de los rayos UVA y UVB e influyen en el envejecimiento cutáneo provocando pérdida de firmeza y elasticidad, pero de momento, no se ha descubierto que estén relacionados con el cáncer de piel.

rayos-uva-uvb-infrarrojos-piel

La exposición solar excesiva y sin control es un grave peligro para nuestra piel, ya que puede provocar alteraciones del sistema inmunitario, daños oculares, envejecimiento prematuro, insolaciones, quemaduras, y cáncer de piel. Para proteger la piel de estos daños, se han desarrollado los protectores solares o fotoprotectores.

Los protectores solares son productos cosméticos que contienen filtros solares físicos y/o químicos que actúan reflejando o absorbiendo las radiaciones solares para proteger la piel de sus efectos dañinos. Actúan frente a las radiaciones ultravioleta B (UVB), ultravioleta A (UVA) e infrarroja (IR), pero tienen diferente eficacia protectora frente a cada una de ellas.

Protección UVB

El grado de protección frente a las radiaciones UVB es conocido como FPS (factor de protección solar), también llamado IPS (índice de protección solar).

En la industria cosmética se utilizan diferentes métodos para determinar el FPS, de forma que según el país de procedencia del producto, nos podemos encontrar índices diferentes NO comparables entre sí:

  • FDA (americano), vigente en Estados Unidos
  • DIN (alemán), cuyo valor es la mitad que el anterior y no se utiliza en la actualidad
  • SAA (australiano), de valor intermedio entre FDA y DIN
  • COLIPA (europeo), es el método aceptado y más utilizado por casi todos los fabricantes de cosméticos europeos, aunque no de aplicación obligatoria. Este método clasifica los productos en varios tipos en función del factor de protección solar:

 

tabla fps

Protección UVA

Para evaluar la protección frente a la radiación UVA existen también varios métodos, pero NO hay un medición oficial o consensuada. Se utilizan métodos in vivo que miden la cantidad de radiación necesaria para producir una pigmentación inmediata (PPI o IPD) o duradera (PPD). La clasificación de los protectores solares según el grado de protección frente a la pigmentación duradera es la siguiente:tabla ppd

También existen métodos in vitro basados en la capacidad de transmisividad de la radiación sobre el producto (DIFFEY).

Actualmente, la Comisión Europea establece que los protectores deben ser de amplio espectro, es decir que deben proporcinar protección frente a las radiaciones UVA y UVB, y que la protección UVA debe ser al menos un tercio con respecto a la protección UVB.

Protección IR

No existen métodos oficiales o recomendados para valorar este tipo de protección.

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A continuación se muestra una lista de los filtros solares utilizados en los cosméticos, y el tipo (o tipos) de radiación frente a la que protegen cada uno de ellos.

(Nota: haz click en las imágenes para ampliarlas.)

lista_filtrosUV

lista_filtrosUV 2

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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PROTECTORES SOLARES: Tipos y diferencias

¿Sabías que hay diferentes tipos de protectores solares?

Aprovechando que hemos empezando el mes con sol, queremos tratar el tema de los protectores solares.

En primer lugar, es importante saber que ningún protector solar ofrece una protección 100% absoluta. Dicho esto, empezamos explicando los tipos de filtros y sus diferencias.

PROTECTORES SOLARES FÍSICOS: También llamados pantallas solares, están formulados con filtros físicos (también llamados filtros minerales o inorgánicos), que son sustancias de origen mineral no contaminantes. Si no contienen nanopartículas, los filtros físicos no son absorbidos por la piel, sino que se quedan en la superficie y actúan como un espejo reflejando la radiación solar, y se utilizan tanto para evitar el eritema y las quemaduras como el bronceado. Son de amplio espectro, protegiendo contra los rayos UVA, UVB y UVC y también retienen las radiaciones del visible y las del infrarrojo.
Estos filtros impiden que la mayor parte de la radiación solar llegue a la piel, por lo que apenas se estimula la producción de melanina. Por lo tanto, si el factor de protección es suficientemente alto y no estás demasiado tiempo al sol, no te broncearás.

No es necesario aplicarlos un tiempo antes de la exposición al sol, ya que empiezan a actuar inmediatamente desde el momento de la aplicación. Tienen la desventaja de que pueden dejar restos blanquecinos debido a los pigmenots minerales que contienen.

Los filtros físicos (o minerales) más habituales son el Óxido de Zinc y el Dióxido de Titanio.

Dadas sus características y su forma de actuar, los filtros físicos se recomiendan en los siguientes casos:

  • Cicatrices
  • Dermatits
  • Después de tratamientos con láser o peeling químico
  • Intolerancia a los filtros químicos
  • Niños pequeños
  • Piel alérgica o reactiva
  • Piel lesionada, donde hay riesgo de absorción del filtro
  • Presencia de eritema (inflamación o enrojecimiento)

PROTECTORES SOLARES QUÍMICOS: están formulados con filtros químicos de origen orgánico (basados en cadenas de carbono). Este tipo de filtros actúan absorbiendo la radiación solar ultravioleta y transformándola en otro tipo de energía que no resulte nociva para la piel. En función de la longitud de onda absorbida, podemos distinguir tres tipos de filtros químicos:

  • Filtros UVB (protegen únicamente de la radiación UVB)
  • Filtros UVA (protegen únicamente de la radiación UVA)
  • Filtros de amplio espectro (protegen de las radiaciones UVA y UVB).

Los filtros químicos, al entrar en contacto con el sol y durante el proceso de disipar o transformar la energía solar para que no sea dañia para nuestra piel, modifican su estructura dando lugar a nuevas moléculas y liberan radicales libres (en algunos casos más que la piel en contacto con el sol sin protector) que pueden producir alteraciones en las células, provocando el envejecimiento de la piel y más posibilidades de contraer cáncer.

Otra desventaja de los filtros químicos es que, dado que penetran en la epidermis y reaccionan con la piel, pueden provocar reacciones alérgicas o intolerancias, como en el caso del ácido para-amino benzoico (PABA). Por ello no se recomiendan en niños, pieles lesionadas donde haya riesgo de absorción (cicatrices recientes, después de tratamientos con láser o peeling químico, quemaduras…), o pieles intolerantes.

Otros filtros químicos son: metoxidibenzoilmetano, benzofenonas, sulisobenzonas, antranilato de metilo, octocrileno, cinamatos, ácido tereftalideno, dicamfor sulfónico…

Los protectores solares químicos deben aplicarse 20 ó 30 mintuos antes de la exposición solar, ya que necesitan ese tiempo para activarse. Tienen la ventaja de que su textura es fluida y se extienden fácilmente sin dejar restos blanquecinos. No suelen presentar problemas de formulación, por lo que son los más utilizados.

PROTECTORES SOLARES MIXTOS: Contienen filtros químcos y físicos.

Esperamos que os sirva de ayuda y, como nos parece un tema muy interesante, continuaremos hablando de protectores solares, ingredientes, riesgos, FPS, aplicación, etc.

¡Buen fin de semana a tod@s!

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