¿En qué consiste la doble limpieza facial?

La base de una piel saludable y bella comienza con una buena rutina de higiene. La doble limpieza es una rutina que aporta muchos beneficios a la piel y es imprescindible, si queremos que la piel del rostro luzca limpia, luminosa, fresca y suave.

Esta rutina forma parte de los diez pasos del ritual de belleza asiática y consiste en limpiar la cara con dos productos diferentes para conseguir que la piel luzca piel perfecta.

¿Por qué dos pasos?

Porque está comprobado que con una sola vez no eliminamos todas las impurezas, los residuos y la suciedad que se acumula en nuestra piel y, por tanto, nuestro rostro puede verse apagado y con imperfecciones.

Al tratar las impurezas de la piel por separado, separando los resiudos con base lipídica de los residuos con base acuosa, se consigue una limpieza más profunda de la piel y menos agresiva.

¿Para quién es la doble limpieza?

La doble limpieza se aconseja para todos los tipos de piel, siempre que se utilicen productos adecuados para cada caso. A largo plazo veremos reducidos los puntos negros, los granitos, las rojeces… y la piel recuperará su equilibrio natural.

Si tienes la piel grasa, no debe preocuparte que el primer paso se realice con un producto de textura oleosa, ya que este tipo de producto no sólo consigue penetrar mejor en los poros realizando una limpieza más profunda, sino que además va reblandeciendo las capas superiores de piel donde se acumulan las células muertas, ayudando a una renovación constante y ultrasuave de la piel.

En el caso de pieles muy sensibles o reactivas, es recomendable evitar el uso de productos que contengan alcohol o agentes limpiadores más agresivos como los sulfatos.

Primer paso

En el paso inicial de la doble limpieza emplearemos un producto de base oleosa, es decir, un aceite o un bálsamo limpiador, ya que es ideal para eliminar residuos como el exceso de sebo, el maquillaje y los filtros solares.

Aplicaremos el limpiador masajeando con las manos haciendo movimientos circulares, empezando por el rostro en general y después insistiendo en el contorno de los ojos. En las pestañas (con los ojos cerrados) podemos hacer un suave masaje para retirar la máscara de pestañas. Podemos aprovechar el uso de este tipo de producto para realizar un masaje también en el cuello y el escote.

Para retirar el primer limpiador es recomendable utilizar una muselina humedecida previamente con agua tibia y pasándola por el rostro suavemente.

Segundo paso
 
Para la segunda limpieza se recomienda utilizar un producto con textura acuosa, Por ejemplo, un agua micelar un gel o una espuma suave que, a diferencia del primer paso, debe ser específico para cada tipo de piel.
 
Con este paso retiraremos todas las impurezas sin base grasa como las partículas contaminantes, el sudor, y las células muertas acumuladas durante el día.
 
¿Tercer paso?
 
Después de la doble limpieza se recomienda realizar un tercer paso que consiste en la aplicación de un tónico. A diferencia de los productos de limpieza anteriores, este tipo de producto no se aclara, sino que se deja actuar sobre la piel. Su función consiste en purificar, humectar, equilibrar el pH y ayudar a cerrar el poro, dejando la piel lista para la aplicación del tratamiento posterior.
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S.O.S. ¿Con qué limpio mi piel?

En el post de hoy tratamos uno de los temas sobre los que surgen más dudas y preguntas: LA LIMPIEZA FACIAL.
¿Qué difierencias hay entre unos limpiadores y otros? ¿Cuál es el más adecuado para mi tipo de piel? ¿Puedo utilizar un solo producto para limpiar, desmaquillar y tonificar?
 
Teniendo presentes estas preguntas, aclararemos las diferencias entre los distintos tipos de limpiadores faciales, las propiedades, ventajas y desventajas que presenta cada uno, y para qué tipos de pieles están aconsejados.
 
  • Jabones: pueden ser líquidos o sólidos, pero principalmente los encontraremos en forma de pastilla. Los jabones naturales están formulados fundamentalmente con agua, sosa (o potasa en el caso de los líquidos) y aceites vegetales.
    El jabón tiene un pH básico o alcalino. Para ayudar a la piel a equilibrarlo, se recomienda aplicar un tónico o agua floral después de la limpieza, y antes de la aplicación del tratamiento hidratante.
    Entre los jabones más adecuados para el uso facial encontramos los jabones de Alepo, o la mousse de jabón de Matarrania.
  • Geles limpiadores y espumas: en su composición encontramos agua; una elevada presencia de agentes tensiactivos o surfactantes, que son los encargados de hacer espuma y arrastrar la suciedad de la superficie, y que pueden ser aniónicos (con carga negativa, como por ejemplo los sulfatos), catiónicos (con carga positiva, son utilizados frecuentemente como agentes acondicionadores) o no iónicos (con carga neutra, como los glucósidos, son más suaves), y anfóteros (dependiendo del pH se comportan como aniónicos o catiónicos); también podemos encontrar aceites (en algunos casos); y además suelen estar enriquecidos con extractos de plantas. Proporcionan una sensación de limpieza profunda, por lo que generalmente están indicados para pieles mixtas y grasas.
    Se aplican masajeando hasta obtener abundante espuma y es preciso que se aclaren con agua. Es conveniente evitar la zona del contorno de ojos, y no se recomiendan para desmaquillar.
  • Leches limpiadoras: tienen una textura más cremosa, se aplican con la ayuda de un algodón, y no necesitan aclarado posterior, por lo que se procedería directamente al uso del tónico.
    No producen espuma, por lo que en su formulación hay una menor presencia de tensiactivos (necesarios para lograr una emulsión estable) y una mayor presencia de aceites vegetales, por lo que la sensación de limpieza no es tan profunda como el caso anterior, pero a cambio aportan hidratación. Es por ello que suelen estar indicadas principalemente para pieles sensibles, secas y maduras.
    Las leches limpiadoras se pueden utilizarse también para desmaquillar todo el rosotro.
  • Las aguas micelares: son soluciones acuosas que presentan moléculas de lípidos (grasas) disueltas en ellas. Se utilizan fundamentalmente para desmaquillar, ya que arrastran muy bien el maquillaje, siendo muy suaves con la piel. Adecuadas tanto para la cara como para los ojos, y para todo tipo de pieles, tienen la ventaja de que además de limpiar, tonifican, por lo que no sería preciso el empleo posterior de un tónico.
    Se aplican con la ayuda de un algodón, como si se tratase de una loción o un tónico.
  • Aceites vegetales: pueden ser puros (por ejemplo de jojoba o almendras, muy utilizados como desmaqullantes) o composiciones de varios aceites (como el aceite desmaquillador de ojos de Logona, o el aceite armonizante de Weleda).
    Desmaquillan muy bien sin emulsionantes, al tiempo que hidratan la piel. Se recomeindan especialmente en pieles sensibles y maduras, y para la limpieza de la delicada zona del contorno de ojos.
    A la hora de decantarse por uno u otro aceite hay que tener en cuenta que hay aceites más secos y seborreguladores, indicados para pieles mixtas, como el de jojoba o avellana; otros aceites más grasos como el de oliva, o rosa mosqueta, indicados para pieles más secas; y aceites especialmente indicados para las pieles muy sensibles, como el de almendras.
    Se aplican vertiendo unas gotas en un algodón, y pasándolo por toda la cara con suavidad, hasta que salga completamente limpio.
  • Limpiadores faciales sin tensiactivos: además de los aceites vegetales, existen otros tipos de lipiadores formulados sin agentes tensiactivos. Entre ellos encontramos limpiadores a base de arcillas, como la crema mineral de lavado de Alva, y el gel limpiador Ghassoul de Logona Lavaerde; y por otro lado, las lociones limpiadoras dermotónicas, como las savias de Yipsophilia, que al igual que las aguas micelares, limpian y tonifican en un solo gesto.
    1.    Los dos primeros limpian a base de una arcilla africana conocida con el nombre de Rhassoul o Ghassoul. Esta arcilla limpia la piel delicadamente, y en profundidad, de las posibles impurezas propias de las pieles más jovenes, mixtas y grasas, pero por su suavidad son idóneas también para las pieles más sensibles.
      Su textura es cremosa y un poco granulosa, debido al contenido en arcilla. Se aplican como un gel limpiador, y ambos necesitan aclarado y la aplicación del tónico a continuación.
    2.    Las savias de Yipsophilia limpian, desmaquillan y tonifican la piel (todo en uno), por lo que resultan ideales para personas que no quieren complicarse con el uso de muchos productos diferentes. Están formuladas a base de agua y un sinfin de extractos vegetales conocidos por sus propiedades. Dependiendo de estos, encontraremos unas savias para cada tipo de piel.
      Para su uso es preciso verter una pequeña cantidad en un algodón y deslizarlo por toda la cara con suavidad: una vez para limpiar, y dos veces para desmaquillar.
 
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