Diccionario cosmético

  • Aceite Esencial: producto químico muy concetrado, compuesto por sustancias químicas biosintetizadas por las plantas que les dan su aroma característico.
    Los aceites esenciales son intensamente aromáticos y se utilizan en aromaterapia por sus propiedades terapéuticas. Se obtienen principalemnte por destilación al vapor de flores, cáscaras de frutos, hojas, tallos, raíces… No son grasos, por lo que no se enrancian, y se evaporan con facilidad. + Info.
  • Aceite vegetal: sustancia oleosa extraída principalmente de frutos secos, semillas y flores. A nivel cosmético, los aceites vegetales tienen propiedades emolientes, nutritivas y protectoras de la piel debido a su aporte de lípidos y vitaminas. Son el vehículo ideal para los aceites esenciales. + Info.
  • Agua Floral: Al destilar por arrastre de vapor de agua una materia vegetal aromática se obtienen dos productos: los aceites esenciales, que contienen aproximadamente un 95% de las moléculas arómaticas, y las aguas florales, que contienen una proporción inferior o igual al 5% de moléculas aromáticas. Ambos productos se separan relativamente fácil por su distinta densidad, y ambos tienen fragancias de la planta aromática destilada.
    Las aguas florales se utilizan como lociónes tónicas de uso tópico, contienen flavonoides, pigmentos de la planta, y principios activos del aceite esencial, y su pH suele oscilar entre 5 y 6. Pueden encontrase con diversas denominaciones como: hidrolato, hidrosol, agua herbal, tónico floral, destilado herbal o floral. Pueden también utilizarse para aromatizar una estancia o la ropa.
  • Agua Micelar: solución acuosa que presenta moléculas de millares de lípidos disueltas en ella. Se utiliza fundamentalmente para limpiar y desmaquillar, ya que arrastra muy bien la suciedad y el maquillaje, siendo muy suave con la piel.
    Cuando los tensioactivos rodean moléculas de lípidos, se forman lo que llamamos micelas. Una micela es una estructura en forma de burbuja compuesta por moléculas alineadas de forma que las partes lipófilas (solubles en aceite) quedan en el centro y la partes hidrófilas (solubles en agua) en la periferia disueltas en el agua.
 
Micelle
 
  • Bálsamo: en sentido estricto, un bálsamo es una secreción vegetal compuesta de resina, ácidos aromáticos, alcoholes y ésteres, como por ejemplo el incienso. Son más o menos viscosos, en función de los elementos que los componen, y su color puede variar desde el amarillo tostado hasta el negruzco. Su olor se debe en parte al aceite esencial que contienen, y algunas veces al del ácido benzoico, expuestos durante largo tiempo al aire libre.
    Los bálsamos s
    on insolubles en agua.

    En cosmética, denominamos también con el término bálsamo a los ungüentos o pomadas (ver más abajo).
  • Crema: emulsión (ver más abajo) semisólida para uso tópico con una base acuosa que suele suponer de un 60% a un 80% del total de la mezcla. Las cremas pueden ser más o menos untosas o fluidas.
  • Emulsión: mezcla homogénea de líquidos inmiscibles, por ejemplo, aceite y agua. Las emulsiones constan de dos fases: fase continua y fase dispersa.
    Cuando el agua rodea las gotas de aceite, se trata de una emulsión de aceite en agua. En este caso, el aceite (fase oleosa) es la fase dispersa y el agua (fase acuosa) es la fase continua.
    Las emulsiones habitualmente son de color blanco, pudiendo volverse más azuladas cuando son diluidas, o tender hacia el color amarillo cuando son más concetradas. Las microemulsiones y nanoemulsiones tienden a ser claras debido al pequeño tamaño de la fase dispersa.
    Para garantizar la estabilidad de la emulsión se utilizan agentes tensioactivos o emulsionantes.
  • Leche: emulsión de textura fluida
  • Manteca: el término manteca se emplea para designar aquellos aceites vegetales que, a temperatura ambiente, se presentan en estado sólido, como por ejemplo la manteca de cacao o la manteca de karité, cuyo punto de fusión coincide con la tempratura corporal de los mamíferos.
    También podemos llamar manteca a una emulsión con una consistencia más sólida que la de una crema.
  • Sérum: en castellano, significa suero. Un suero cosmético es una disolución, generalmente acuosa, con una elevada concentración de principios activos que les otorga una función específica.
  • Los sueros tienen habitualmente una textura fluida y poco viscosa, que penetra con facilidad en la epidermis. Se diferencian de las cremas por su mayor contenido en ingredientes activos y menor presencia de ingredientes emolientes (hidratantes y suavizantes) y lípidos (grasas).
  • Ungüento: preparación oleosa para uso tópico, es decir, producto constituido por aceites u otras sustancias de propiedades similares, cuyo fin es la aplicación de principios activos en la piel. Los ungüentos se caracterizan, y se diferencia de las crmeas, por la ausencia de agua en su composición, por lo que no necesitan conservantes. También se puede encontrar bajo la denominación de Pomadas.
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S.O.S. ¿Con qué limpio mi piel?

En el post de hoy tratamos uno de los temas sobre los que surgen más dudas y preguntas: LA LIMPIEZA FACIAL.
¿Qué difierencias hay entre unos limpiadores y otros? ¿Cuál es el más adecuado para mi tipo de piel? ¿Puedo utilizar un solo producto para limpiar, desmaquillar y tonificar?
 
Teniendo presentes estas preguntas, aclararemos las diferencias entre los distintos tipos de limpiadores faciales, las propiedades, ventajas y desventajas que presenta cada uno, y para qué tipos de pieles están aconsejados.
 
  • Jabones: pueden ser líquidos o sólidos, pero principalmente los encontraremos en forma de pastilla. Los jabones naturales están formulados fundamentalmente con agua, sosa (o potasa en el caso de los líquidos) y aceites vegetales.
    El jabón tiene un pH básico o alcalino. Para ayudar a la piel a equilibrarlo, se recomienda aplicar un tónico o agua floral después de la limpieza, y antes de la aplicación del tratamiento hidratante.
    Entre los jabones más adecuados para el uso facial encontramos los jabones de Alepo, o la mousse de jabón de Matarrania.
  • Geles limpiadores y espumas: en su composición encontramos agua; una elevada presencia de agentes tensiactivos o surfactantes, que son los encargados de hacer espuma y arrastrar la suciedad de la superficie, y que pueden ser aniónicos (con carga negativa, como por ejemplo los sulfatos), catiónicos (con carga positiva, son utilizados frecuentemente como agentes acondicionadores) o no iónicos (con carga neutra, como los glucósidos, son más suaves), y anfóteros (dependiendo del pH se comportan como aniónicos o catiónicos); también podemos encontrar aceites (en algunos casos); y además suelen estar enriquecidos con extractos de plantas. Proporcionan una sensación de limpieza profunda, por lo que generalmente están indicados para pieles mixtas y grasas.
    Se aplican masajeando hasta obtener abundante espuma y es preciso que se aclaren con agua. Es conveniente evitar la zona del contorno de ojos, y no se recomiendan para desmaquillar.
  • Leches limpiadoras: tienen una textura más cremosa, se aplican con la ayuda de un algodón, y no necesitan aclarado posterior, por lo que se procedería directamente al uso del tónico.
    No producen espuma, por lo que en su formulación hay una menor presencia de tensiactivos (necesarios para lograr una emulsión estable) y una mayor presencia de aceites vegetales, por lo que la sensación de limpieza no es tan profunda como el caso anterior, pero a cambio aportan hidratación. Es por ello que suelen estar indicadas principalemente para pieles sensibles, secas y maduras.
    Las leches limpiadoras se pueden utilizarse también para desmaquillar todo el rosotro.
  • Las aguas micelares: son soluciones acuosas que presentan moléculas de lípidos (grasas) disueltas en ellas. Se utilizan fundamentalmente para desmaquillar, ya que arrastran muy bien el maquillaje, siendo muy suaves con la piel. Adecuadas tanto para la cara como para los ojos, y para todo tipo de pieles, tienen la ventaja de que además de limpiar, tonifican, por lo que no sería preciso el empleo posterior de un tónico.
    Se aplican con la ayuda de un algodón, como si se tratase de una loción o un tónico.
  • Aceites vegetales: pueden ser puros (por ejemplo de jojoba o almendras, muy utilizados como desmaqullantes) o composiciones de varios aceites (como el aceite desmaquillador de ojos de Logona, o el aceite armonizante de Weleda).
    Desmaquillan muy bien sin emulsionantes, al tiempo que hidratan la piel. Se recomeindan especialmente en pieles sensibles y maduras, y para la limpieza de la delicada zona del contorno de ojos.
    A la hora de decantarse por uno u otro aceite hay que tener en cuenta que hay aceites más secos y seborreguladores, indicados para pieles mixtas, como el de jojoba o avellana; otros aceites más grasos como el de oliva, o rosa mosqueta, indicados para pieles más secas; y aceites especialmente indicados para las pieles muy sensibles, como el de almendras.
    Se aplican vertiendo unas gotas en un algodón, y pasándolo por toda la cara con suavidad, hasta que salga completamente limpio.
  • Limpiadores faciales sin tensiactivos: además de los aceites vegetales, existen otros tipos de lipiadores formulados sin agentes tensiactivos. Entre ellos encontramos limpiadores a base de arcillas, como la crema mineral de lavado de Alva, y el gel limpiador Ghassoul de Logona Lavaerde; y por otro lado, las lociones limpiadoras dermotónicas, como las savias de Yipsophilia, que al igual que las aguas micelares, limpian y tonifican en un solo gesto.
    1.    Los dos primeros limpian a base de una arcilla africana conocida con el nombre de Rhassoul o Ghassoul. Esta arcilla limpia la piel delicadamente, y en profundidad, de las posibles impurezas propias de las pieles más jovenes, mixtas y grasas, pero por su suavidad son idóneas también para las pieles más sensibles.
      Su textura es cremosa y un poco granulosa, debido al contenido en arcilla. Se aplican como un gel limpiador, y ambos necesitan aclarado y la aplicación del tónico a continuación.
    2.    Las savias de Yipsophilia limpian, desmaquillan y tonifican la piel (todo en uno), por lo que resultan ideales para personas que no quieren complicarse con el uso de muchos productos diferentes. Están formuladas a base de agua y un sinfin de extractos vegetales conocidos por sus propiedades. Dependiendo de estos, encontraremos unas savias para cada tipo de piel.
      Para su uso es preciso verter una pequeña cantidad en un algodón y deslizarlo por toda la cara con suavidad: una vez para limpiar, y dos veces para desmaquillar.
 
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